Aula de Familias
En CEI VEO VEO compartimos mensualmente un espacio dedicado a la sensibilización y el entrenamiento en Inteligencia Emocional.
Para conseguir este propósito ponemos en valor una emoción o sensación al mes, definiéndola y acompañándola de orientaciones psicológicas, recursos o actividades para profundizar en ella.
La esencia
Nuestra esencia es nuestro interior, nuestro ser, el olor de lo que somos…
La esencia es delicada porque es única, es intransferible.
Comunidad
La familia Veo Veo dice…
Veo Veo mi segundo hogar. Mi historia con este centro comenzó hace 27 años. Entré siendo un bebé y me fuí con 4 años. Primos, hermana, pasaron por allí y con el transcurso del tiempo, yo seguía perteneciendo a la guarde. Cuando entras en Veo Veo, se crea algo mágico que te acompaña el resto de tu vida.
Todas las mujeres que encuentras al abrir la puerta son sencillamente INCREÍBLES.
•Raquel, la orientadora, es la mujer más cañera que puedas cruzarte. Ella lucha por todos los derechos de los alumnos y alumnas del centro, haciendo hincapié en que lo más importante es que reciban amor del bueno, porque un niño que crece con amor, es un niño y adulto feliz.
•Vanesa, preciosa por dentro y por fuera, ama su trabajo y ama a los peques.
• Eli, mujer de las mil batallas, la vida y Veo Veo llevan su nombre, vida e ilusión lo que les transmiten a los niños y niñas.
• Rosa, a pie de cañón 25 años, ¿Eso ya lo dice todo no? no tengo una sola palabra para ella, si la tuviese que definir: Alegría es ella y alegría es lo que aporta, entre otra muchas más cosas. La quise y la querré siempre.
• María José, capitana del barco que ni una pandemia ha podido hundirla, es la mamá de todo aquel que entra, siempre tiene algo bonito que decir y es mi segunda mamá.
Falta Paula, pero para ella las opiniones se las deja a los demás, porque Paula es aquella niña que entró y creció en Veo Veo y que gracias a esa energía, ese cariño por todo aquello que hacen, esa ilusión y ese amor por cada uno de los niños y niñas que están en Veo Veo hicieron que yo me quisiera convertir en una de esas mujeres y pertenecer a esta gran familia que es y será para siempre. Suerte la mía que las tengo a mi lado y que hacen de este trabajo mi vida.
Cuando pienso en «mi guarde» se me viene a la cabeza una escena principal. Estoy jugando en el patio de atrás con mi amigo Alejandro y es un juego que nosotros mismos nos hemos inventado. Jugamos a diario y, sin embargo, cada día es totalmente nuevo. Nuevo porque implica ser en un día diferente y nuevo porque lo llenamos del mismo entusiasmo e ilusión cada Lunes, Martes, Miércoles, etc.
El juego consiste en algo muy curioso. Consiste simple y complejamente en «despertarnos por la mañana». Así de extraño. Nos gusta reinterpretar que acabamos de levantarnos y hacemos como que nos desesperezamos, nos miramos el uno al otro y nos sonreímos y decimos ¡Hola amigo, HOY ES UN NUEVO DÍA!
No recuerdo muchos otros juegos, pero aquel en concreto me encantaba.
Por otro lado cuando pienso en la guarde, se me vienen a la mente un montón de imágenes. Por ejemplo mi disfraz de «patito» disfrazada con mi «primer novio» (Álvaro) con el que me daba la mano y besitos. Se me viene a la mente mi disfraz de guerrera en el que cantábamos no para declarar la guerra sino para fomentar la paz entre nosotros y por eso una flor clavel acompañaba nuestras armas.
Recuerdo diferentes guardes a la vez, ya que mis padres me llevaron desde «muy pequeña» y pude visitar varios de los establecimientos que tuvieron al principio. También recuerdo seguir visitando la guarde cuando mi hermana pequeña continúaba en ella y a mí me recogían del cole unos papis (amigos también de la guarde).
Pero sobre todo, cuando pienso en la guarde se me viene a la mente mis profesoras. Macarena, Rosa Mari, Macalena y sobre todo… ¡¡¡MARÍA JOSÉ!!!
Ella.. desde el principio percibió que yo era una niña un «poquito rara», (jajajaja). Captó al segundo que yo era una chica curiosa, imaginativa y me gustaba ser estimulada para fomentar mi naturaleza.
Ella… que ha día de HOY continúa presente en mi vida.
Ella que incluso ha formado parte de algunos momentos emotivos de mi camino y me ha hecho partícipe de su propia familia. Recuerdo jugar con sus hijos Gonzalo, Pablo, sus primas y mi hermana. ¡Nos encantaba!
María José ¡GRACIAS!
Gracias por tu energía, tu vitalidad, tu ENORME SONRISA y esa «carcajada» que tanto me gusta. La verdad es que eres alguien digna de ser admirada.
Me gusta tu fortaleza, tus ganas, tu espíritu y sobre todo… Me gusta esa combinación que tienes entre un carácter fuerte y determinante que te dice las cosas de manera directa y muy clara, a la vez, que combinados con la delicadeza y naturalidad con la que te relacionas.
Así que guarde Veo Veo… lo que os doy es las GRACIAS.
Veo Veo ha sido para nosotros la extensión de casa. Cariño, tranquilidad, alegría, seguridad,… es increíble todo lo que transmitís. Las mejores manos en las que se han podido quedar nuestros hijos, de corazón.
La mejor prueba son los recuerdos que aún tienen de vosotros y el cariño que os tienen y os tendrán siempre. Excelente trato y profesionalidad máxima. Muy orgullosos de formar parte de esta gran familia. Os queremos infinito, como dicen Álvaro y Pablo. Un abrazo enorme de la familia Perez Feria
Quiero dar las gracias al personal de la guardería Veo Veo por el cuidado, la educación y el amor dado a mis hijas y a mi.
Hace 28 años deje a mi hija mayor con 16 semanas de vida ya que me incorporaba al trabajo. En todo momento sentí que mi hija estaba en buenas manos. A los dos años nació mi segunda hija y la empece a llevar con 8 meses de vida. Siempre las sentí queridas, cuidadas y llenas de vida.
Gracias por vuestra labor tan bonita y tan importante.
Hace ya 4 años que mi hijo pequeño dejó Veo Veo, pero seguimos teniendo un gran cariño a las seños que allí encontramos, las mejores sin duda, grandes personas que seguirán en nuestra vida para siempre y que han demostrado su profesionalidad, demostrando cariño a los peques como si fueran sus propios hijos. Veo veo ha sido una segunda casa para mis hijos, se sentían seguros, se divertían, y aprendían mucho, tanto que, más de una vez no querían venirse al recogerlos. Como madre no podía estar más tranquila con quien estaba cuidando de mis hijos.
Cada fiesta, era todo un evento digno de salir en alguna revista. Las profes se dejaban la piel para que niños y padres lo disfrutaran al máximo. Sólo puedo estar agradecida, el bolita y el pececito siguen teniendo a esas seños en su corazón.
Después de tres años trabajando en Veo Veo, solo puedo decir que sin duda lo que la hace grande como escuela infantil es el factor humano que la compone, ya que dentro de esas aulas la única educación que se entiende es la que va de corazón a corazón y porque lo realmente importante no es la metodología que se siga, sino las manos que la manejan y el corazón que la sostiene, y las personas que allí trabajan con sus manos y sus corazones hacen magia. En mis comienzos una de mis compañeras (Rosa) me dijo que el principal objetivo que se perseguía en Veo Veo era que todos los niños y todas las niñas que entraran por sus puertas fueran felices, y no he visto ningún caso en el que no lo hayan logrado.
Sin duda, los niños y niñas en Veo Veo son felices.
Y vosotras, compañeras, sois muy grandes.
Con muchísimo cariño 😉
Cuando me preguntan por Veo Veo, sólo puedo asentir y sonreír…
Ese lugar maravilloso ha pasado por nuestras vidas como un punto de apoyo incondicional, como un soplo de aire fresco en una etapa complicada de crecimiento de nuestra familia, la de ser papás, y además papás novatos. Pero tengo que decir que así da gusto, no hemos dudado nunca a la hora de dejar a nuestro hijo con el excepcional equipo de profesionales que conforman Veo Veo, tan cercanos, accesibles, cariñosos, capaces, empáticos… y un sinfín de cosas más.
Ya en la jornada de puertas abiertas conectamos enseguida con su entrañable directora, Mª José, a la que siempre llevamos y llevaremos en el alma. Supo ofrecernos lo que necesitábamos en cada momento, y en ocasiones no hizo falta siquiera expresarnos con palabras, mejor imposible. Y qué decir de las “seños” del peque, Mar, Rosa, Eli, Vanesa… Siempre supieron sacar lo mejor de él, su capacidad y su creatividad sin fin bien valen un tesoro, que merece la pena ser cuidado. Sus risas, canciones, disfraces, manualidades, rimas, bailes y fiestas, fueron alimento para nuestro peque durante un tiempo precioso. Cuando recuerdo a Raquel, en cambio, me invaden la calma y la confianza, ambas emociones encontradas en sesiones ilustrativas maravillosas, y difíciles de obtener con niños tan pequeñitos, que todos los días te plantean retos nuevos. Y no puedo olvidarme del Talent musical de Veo Veo, alias “imposible que no te enganches”, un “pescador” especial con actitud impecable y positividad insuperable. ¡Imaginación al poder!
Esto es lo que puedo contaros de lo que ha sido mi experiencia con Veo Veo hasta ahora, una experiencia llena de momentos buenos, emocionantes y bonitos. No habría podido ser mejor, y, sin embargo, me niego a darla por zanjada. Algo me dice que viviremos una experiencia nueva en un futuro cercano, quién sabe cómo o cuándo, pero estoy segura de que será algo bueno. Os deseo lo mejor a todo el equipo, sois personas extraordinarias y de gran calidad humana, no cambiéis. Os quiere y recuerda, Lorena